A un día de una nueva movilización estudiantil, que se anuncia portentosa pues en ella han anunciado su participación organizaciones sindicales, padres de familia y movimientos sociales, Santos sale a proponer que retira el proyecto de reforma a la ley 30 a condición de que los estudiantes levanten el paro y retorne la normalidad académica. El avezado jugador le apuesta a crear dudas y desconcierto entre las bases estudiantiles, a desacreditar su dirección haciéndola parecer intransigente. Se trata de crear una falsa contradicción entre los estamentos universitarios quienes han logrado, salvo una ínfima minoría, concertar una forma de protesta y de resistencia civilizada y pacífica, basada en la democracia, el respeto y la unidad.
Aquí no puede haber dudas: la razón la tienen los estudiantes que valientemente defienden uno de los logros más preciados de la civilización, cual es que la educación científica, de calidad, financiada por el Estado sea un derecho para todos sin ninguna discriminación; contrario a las aspiraciones del capital financiero que espera poder invertir en las llamadas universidades mixtas y a ampliar el mercado de colocación de créditos destinados a una educación adecuada a las necesidades de las multinacionales en el marco de los TLC, principalmente el que acaba de ser ratificado entre los Estados Unidos y Colombia.
Ante la maniobra, que demuestra el temor de Santos al respaldo que recibe la lucha de los jóvenes, hay que fortalecer la movilización. ¡Salgamos mañana todos a la calle!, a sumar nuestra voces al coro que grita: “ESTUDIANTE SOY, YO QUIERO ESTUDIAR PARA CAMBIAR LA SOCIEDAD ¡VAMOS A LA LUCHA!”, excelente preámbulo a la resistencia generalizada contra los TLC enmarcada en la patriótica consigna por todos conocida: “Y no queremos y no nos da la gana ser una colonia norteamericana”
No hay comentarios:
Publicar un comentario